jueves, 28 de febrero de 2013

Todos los días te quiero y te odio irremediablemente


Hace algunos años posteaba solo un fragmento de este poema de Sabines, hoy vale para recordarlo todo. 


Te quiero a las diez de la mañana, y a las once, y a las doce del día. Te quiero con toda mi alma y con todo mi cuerpo, a veces, en las tardes de lluvia. Pero a las dos de la tarde, o a las tres, cuando me pongo a pensar en nosotros dos, y tú piensas en la comida o en el trabajo diario, o en las diversiones que no tienes, me pongo a odiarte sordamente, con la mitad del odio que guardo para mí.  
Luego vuelvo a quererte, cuando nos acostamos y siento que estás hecha para mí, que de algún modo me lo dicen tu rodilla y tu vientre, que mis manos me convencen de ello, y que no hay otro lugar en donde yo me venga, a donde yo vaya, mejor que tu cuerpo. Tú vienes toda entera a mi encuentro, y los dos desaparecemos un instante, nos metemos en la boca de Dios, hasta que yo te digo que tengo hambre o sueño.  

Todos los días te quiero y te odio irremediablemente. Y hay días también, hay horas, en que no te conozco, en que me eres ajena como la mujer de otro. Me preocupan los hombres, me preocupo yo, me distraen mis penas. Es probable que no piense en ti durante mucho tiempo. Ya ves. ¿Quién podría quererte menos que yo, amor mío?

 

lunes, 25 de febrero de 2013

Crónica de mis primeros 42km (Segunda Parte)



Km 0
La lluvia nos sorprendió al amanecer (y no termino hasta unos minutos antes del minuto de arranque, 15 minutos despues del oficial por cierto). El Nathan Phillips Square nos esperaba, temperatura menor a 10 grados, ganas de ir al baño que tuvieron que ser atendidas, ropa mojada, tenis empapados, un poco de resignación, pero el ánimo y la sonrisa arriba. Arranca...primeras calles, un poco del downtown, la U of T y el pequeño barrio italiano.

Km 10
Los primeros tres o cuatro km tuve compañia, no recuerdo haber hablado mucho, a veces las palabras no son necesarias. La lluvia cesó un poco después y el clima mejoró muchísimo El ritmo a lo que sabía que tenia que ser, no más, no menos, cruce los 10km alrededor de una hora ya solo mis fantasmas,mis pensamientos y yo hasta casi el kilómetro 21. La Queensway, a orillas de las western beaches del Ontario Lake, en algún momento el retorno para ver a lo lejos la CN Tower, que como dijo atinadamente "fue mi rosa de los vientos" durante muchos kilómetros más.

Km 20
Un poco antes del kilómetro 20 la ruta se dividía para el medio y el maratón completo, la masa de gente empezo a estirarse, no recuerdo sentirme cansada, tampoco eufórica, seguía siendo como un paseo a un ritmo de 6 minutos por kilómetro. Vi a lo lejos al cómplice de aventura con los colores de mi bandera, me sorprendió un poco, no se si porque pensaba que no lo alcanzaría o porque pensé que ya lo había hecho, pero tampoco apreté el paso, todo el tiempo tuve tanta precaución de no desgastarme de más que no hacía nada arriesgado, hasta que lo alcance. Cruzamos un par de palabras y lo que puede llamarse sonrisas justo antes de cruzar la marca de los 21 (porque uno no sonríe igual despues de 20 kilometros aunque este feliz por dentro). Y apenas estaba a la mitad de la travesía, aún el camino era largo. El mismo ritmo que me hizo alcanzarlo me hizo adelantarme poco a poco despues, sin querer, al final correr es un asunto entre los tenis, las calles y uno mismo. Creo que el desafio empezó realmente para mi a partir de que me descubrí corriendo sola de nuevo.

Km 30
Siempre pensé que a partir del 30 me iba a pasar algo, tenia en mi repertorio de historias algunas desgracias posibles, calambres, dolores, y hasta por supuesto el famoso Muro. Cada kilómetro que seguía corriendo despues de cruzar el 32 (la distancia máxima que corrí durante el entrenamiento) me decia a mi misma: "disfruta que te sientes bien ahora", "seguro el siguiente ya vas a sentirte mal", "seguro dando esa vuelta me topo con el muro".... Pero no sucedio, ni el calambre ni los dolores, ni el famoso muro que nunca conocí, me gusta pensar que mi cuerpo y mi mente (la parte que no pensaba desgracias) estaban en sintonía y nunca se desconectaron. El paseo ya había aumentado el ritmo a unos 5:40 minutos por kilómetro, fueron los kilómetros que más disfrute de toda la experiencia, no porque no sintiera el cansancio, porque de hecho ya empezaba a resentirlo, sino por la sorpresa y la incredulidad de que lo estaba consiguiendo kilometro a kilometro, ademas que la ruta ya había dejado atras las calles solitarias y esos kilometros parecian una fiesta, familias enteras, llenas de mensajes por todos lados, personas gritandome "Keep doing" y otras frases que despues me repetía a mi misma (en ingles porqué no). Muy pocas veces veía de reojo el reloj, no quería pensar en tiempos, solo disfrute.

Km 38


Recuerdo haber pasado en algún momento de las primeras horas al pacer de 4:30 y era lo único que sabía cuando de repente vi a escasos metros al pacer de los 4:10 no lo podía creer, y menos podía creer que me sintiera tan bien como para alcanzarlos, me uní al grupo de unos 4 o 5. Poco después de tomar un retorno, vi de nuevo al cómplice de aventura, le grite, cruzamos miradas, nos dimos ánimos en cortas frases y seguimos. Creo que en ese momento volví a ser consciente de que estaba sola con esto pero que era afortunada por poder compartirlo, que me faltaban aún 4 kilómetros, que podía terminarlo en 4:10 y que me sentía genial. Donde después de 38 kilómetros genial significa que aún te sientes entero nada más, porque para ese entonces ya sentía un dolor por una ampolla en la planta del pie y dolor en ambas rodillas. No solté al grupo, no solté mi paso, solo seguí.

Km 41
Cuando te falta un kilómetro por terminar te pasan muchas ideas por la cabeza, una de tantas es ¡como demonios ya había llegado hasta ahí! es mas, lo escribo y se me hace un nudo en la garganta. Creo que ese kilómetro es un encuentro con uno mismo, no tengo el don de plasmar en letras exactamente lo que sentí así que me lo tengo que guardar de nuevo para mí. Pensaba en todo, veía a la gente que me seguía gritando, veía las calles, a los pocos corredores que seguían en la pista, en como la llevaba el cómplice, hasta en quitarme la banda de la cabeza para que no saliera en las fotografías de meta. Tengo la teoría (y la comprobé mientras corrí los últimos kilómetros del Marine Corps Marathon al cual me incorporé por casualidad unas semanas después) que si vuelvo a correr un maratón es solamente para sentir de nuevo lo que sentí en esos últimos metros, cuando me acercaba al 42 y podía sentir en cada parte de mi cuerpo (incluso en lo que dolía) que todo la historia que me llevo ahí había valido la puritita pena, que era yo haciendo algo que pocos incluso imaginan.

Km 42.195
Vi el reloj metros adelante marcando 4:25, mis cuentas mentales que indicaban que si lograría los 4:10. Cruce la meta, sonreí, se había terminado, ya no tenía que seguir corriendo porque lo había logrado y era una felicidad muy de adentro, no lloré nada pero sentía algo en el pecho que no cabía. Me tomo unos metros más acabarme las reservas de adrenalina por lo que no me detuve de inmediato pero en cuanto se esfumaron las reservas, poquito después de darle un trago a mi botella de agua, se me vinieron todos los kilómetros encima, esos metros de recuperación que uno camina son interesantes porque te sientes feliz pero tu cuerpo no puede celebrar contigo, la medalla pesa mucho, mueres de hambre pero no puedes comer nada, mueres de sed pero ya te acabaste medio litro de un jalón Te sientes jodido y radiante (como diria Benedetti), no hay una definición mejor. Y sí, me sentía jodida y radiante.
Casi cojeando llegue al punto de encuentro, me tire al piso, me quite los tenis, me consolé un poquito y espere por un abrazo que llegaría minutos después.

Y veo el sitio del STWM 2013 y me entra una nostalgia y unas ganas enormes de estar planeandolo de nuevo. Pero hay sueños que suceden una sola vez, y este ya sucedió y en el T+1 me despedía de la ciudad marrón sin fecha de regreso.


Réquiem


Gracias a todas las personas que fueron soporte de alguna manera este proyecto. Por al menos entender sin juzgar la locura y sus ánimos. Mi familia que se pone feliz, mis amigos todos, a Erick, Arlette, Jorge de manera mas profunda, aquellos con los que compartí kilómetros y me animaron con sus porras y consejos, Fer y Mac gracias especiales a ustedes. A los twitterruners por que su buena vibrez siempre te alcanza, en especial a Luigi por su crónica en tiempo real . A mis amigos con los que comparto oficina que me veían todos los días salir apurada para llegar a la pista y a su manera me desearon lo mejor.

A quienes los últimos días sin entender del todo de que se trataba el maratón y porque era lo único que había en mi cabeza, pero aún así me echaban todas las porras del mundo.

Hay sueños que se materializan porque encuentras con quien compartirlos física y logísticamente. Como si vinieran pegados con las personas dentro del paquete y que no son intercambiables. Por ser inspiración y partner, gracias por que me acompañaste en mis primeros 10km que años después se convertirían en 42 y porque cruzaste el cielo y la tierra para ser el cómplice de la aventura.







viernes, 22 de febrero de 2013

Crónica de mis primeros 42km (Primera Parte)


Hace ya algunos meses, 4 para ser exactos, corrí mis primeros 42.195 km. Desempolvo un poco las emociones para escribir esta crónica, porque el tiempo es implacable y día a día las emociones se van traslapando.

T-120
Determinación, emoción, tristeza, soledad, lejania, esfuerzo, lavado de cerebro, amigos, tú a lo lejos. Mi ciudad marrón que se convirtió en el destino. 

Solia pensar durante el transcurso de esos meses que quizá después de 42km sería mas fuerte para lo que viniera, no solo las piernas, no solo el corazón, toda yo. Y esa se convirtió en una razón más para despertarme por las mañanas. 

T-3
Volar kilómetros de cielo para encontrarte con una ciudad que luce igual que cuando la dejaste, con Denisse, te escocés y su amena charla, con los Timmy's el High Park, el Humble bridge y las hojas de maple en el suelo. 

T-2
Creo que lo segundo mas emocionante después de cruzar la meta en cuanto a maratones se trata debe ser recoger tu paquete de corredor. Y nada más paradisíaco para un runner que la Expo de su primer maraton. Los poquitos dolares se empezaron a repartir en el Direct Energy Centre al cual llegamos caminando, la cual fue una decisión atinada porque de paso nos topamos con el BMO Field y la compra inesperada de tickets para ver un partido de la selección nacional canadiense contra otro país al que le tengo cariño de a gratis: Cuba. Ya con nuestros números y playeras,y varias horas después  la Expo, shopping y el St Lawrence Market encima, estaba sentada bebiendo un Hot Chocolate viendo a la afición torontense disfrutando de su fútbol. 

T-1
The International Friendship Run organizada por el staff de la carrera y John Stanton, con salida y llegada en su Running Room store. Un discurso inspirador, bastante buena vibra, los últimos kilómetros. Y frío... brrrr. 

Las cascadas del Niagara y su pueblo extraño no se me negaron esta vez, haberme empapado no era mas que un presagio de lo que sucedería al día siguiente, pero la aventura valía toda, toda la pena:  Estaba en otro país una noche antes de correr mi primer maratón

La CN Tower de fondo

Humble Bay Park





viernes, 15 de febrero de 2013

"Sentirse infinito"


La naturaleza tiene una forma muy peculiar de hacerme sentir pequeña e inmensa al mismo tiempo. 





jueves, 14 de febrero de 2013

Los volcanes desde otra (muy diferente) perspectiva





Siempre he creído que a la montaña se le respeta, quien no lo hace lo suficiente le sucede una de dos cosas: o una desgracia o no la disfruta ni tantito. No es para todos y no a todos les da lo mismo.

"Camping en las faldas del Izta + fotografía", así me lo describió Jorge en un correo electrónico, pensé que sería el fin de semana clásico del año en que nos ponemos mochila al hombro y nos lanzamos tratando de encontrar un poco de consuelo en regresar a esos días, pero esta experiencia supero mis casi nulas expectativas. 

Llegamos un poco después de oscurecer, me decepcione un poco al saber que llegaríamos en coche y no caminando hasta el albergue pero después entendí porque. Este fin de semana tenia varios detalles, la entrada del frente frio no. 26, Luna Nueva e incluía a un fotógrafo aficionado de la fotografía nocturna, Tochimani, además de la Nikon un poco desaprovechada (hasta el momento) de Jorge. 

El albergue estaba lleno, el dato curioso es un defeño que no iba a poder hacer su ascenso porque un oriental (japonés creo yo) que iba en su grupo cerró su camioneta con las llaves y todo su equipo de montaña dentro. Se emocionó un poco al ver las fotos de Tochimani, sacó su cámara y dijo "Si no voy a hacer cima al menos voy a aprender a tomar fotos" pero al final no nos acompaño, se durmió alrededor de la 1am cuando sus compañeros emprendieron el ascenso y mientras nosotros regresamos al albergue a tomar un café para calentarnos. 

Las siguientes horas después de cenar hasta pasado el amanecer (con interrupción de unas tres horas que me dormí) se paso el tiempo disparando fotos. Nunca he tenido una cámara profesional pero siempre he sentido una pasión en especial por ello y desempolve la poquita teoría que hace un par de años aprendí. Jorge amablemente me compartió su cámara para poder hacer mis propias fotos, tuvimos de modelos nada mas y nada menos que a las tres montañas mas altas de México, las estrellas formando constelaciones, los árboles, las sombras de las plantas lejanas, las luces de la ciudad, nosotros mismos. Durante el amanecer tuvimos una montaña para donde fuera que volteáramos, incluida la Malinche. 

Tenía tanto que no veía nacer el sol. Fue un tiempo y espacio que me causo tanta admiración, sobre todo por que uno se acostumbra a la presencia del Popocatepetl y la Mujer dormida como parte de la postal cotidiana, pero estar ahí, entre ellos, escuchándolos  observándolos desde otras perspectivas y también a través de un lente es algo que me conmovió de manera extraordinaria. 

El frío fue bastante respetable también, a pesar de lo bien abrigada que estaba (con excepción de los pies) me calo hasta los huesos. Incluso al día siguiente, ya debajo de mis cobijas, sentí sus efectos en los dedos de mis manos. 

La naturaleza tiene una forma muy peculiar de hacerte sentir pequeña e inmensa al mismo tiempo. 


Réquiem

Mi próxima compra aplazada eternamente y obligada: mis botas de media montaña. Porque esto no se queda aquí. 

Al despedirse Jorge me dijo, -gracias por hacer estas locuras conmigo. No se exactamente 
que le contesté pero en mi mente había algo así como -¿Estas loco? Gracias a ti. Si no fuera por ti no sé como llenaría este huecote del alma que solo estas escapadas llenan. Y sí, gracias Jorge por tanta experiencia que hemos pasado juntos, por tantos años de peculiar amistad. 

Va también por una cámara Canon Rebel caída en batalla hace tiempo (por decirlo de alguna manera), pensé en la cantidad de fotos que se hubieran tomado con ella este día. Ojala que regrese a sus manos pronto aunque sea en otra forma pero con la misma complicidad. 

Por las personas en las que uno piensa cuando solo se escucha el silencio.

(No crean que somos tan malos fotógrafos, estas son de mi celular)











lunes, 11 de febrero de 2013

Viceversa




Tengo miedo de verte
necesidad de verte
esperanza de verte
desazones de verte
tengo ganas de hallarte
preocupación de hallarte
certidumbre de hallarte
pobres dudas de hallarte
tengo urgencia de oírte
alegría de oírte
buena suerte de oírte
y temores de oírte
o sea
resumiendo
estoy jodido
y radiante
quizá más lo primero
que lo segundo
y también
viceversa.

(Benedetti siempre lo sabe)