lunes, 23 de enero de 2012

Norwegian Wood


Soundtrack del post

Hay libros que suceden en tu vida de una forma tan cruel y tan sútil al mismo tiempo. Letras que te calan los huesos, que te revolotean en el pensamiento, que te inyectan sensaciones. Compre Tokio Blues no para mí, sino como un regalo y ahí empezo la historia. Resulto ser el eslabón de una cadena que ya se arrastraba hace años y, aunque no lo comprendí de inmediato, hoy se que tenía que ser así. A veces devoro historias tan rápido que debo regresar a disfrutarlas, no se cuantos veces he releido fragmentos de esta, solo se que hacía mucho tiempo que algo no me movia de esa manera. Quizá tambien porque la leí no solo desde mis ojos, no lo pude evitar.

Platicaba aquella tarde sobre si los artistas, especificamente los autores, tenían idea de la cantidad de historias que se desatan o se cruzan a través de su obra. A muchos les sucede con la música, yo suelo tener mas romances con los libros. Esa mística que encierra los vínculos, a veces secretos. Sin querer me cruce, pero no me arrepiento. Curiosamente, los libros especiales nunca terminan en mi librero.

Dejo correr la historia que ya traía arrastrando este libro e Inicio una historia nueva con él, sin nombre ni apellido, me pertenece, porque justo por eso la literatura es universal. La próxima vez me lo regalaré a mí.

..."Seguir conectado puntos a pesar de todo, puntos que conectan a este presente que en el futuro será pasado". Si alguna vez logras llegar a la última página, debes compartirmelo.



jueves, 19 de enero de 2012

Tokio Blues me sigue hablando...




—Háblame —me rogó Midori—. Querías decirme algo, ¿verdad?
—No pretendo justificarme, pero aquel día estaba exhausto, aturdido —dije—. No percibía
bien las cosas. Sin embargo, al dejar de verte, lo he comprendido. Hasta ahora, he tirado hacia delante porque tú estabas a mi lado. Sin ti me siento desesperado, solo.






lunes, 9 de enero de 2012

Darme cuerda

Es amargo no poder verte, pero, si tú desaparecieras, mi vida en Tokio sería mucho más
dura todavía. Es pensando en ti, por las mañanas, en la cama, como me decido a darme cuerda y a vivir un nuevo día. Del mismo modo que tú luchas por seguir adelante allí, yo debo luchar por seguir adelante aquí.

Tokio Blues

viernes, 6 de enero de 2012

Entre un «no lo suficiente» y un «nada de nada»


«Conoceré a alguien que me quiera con toda su alma los trescientos sesenta y
cinco días del año». Estaba en quinto o sexto curso de primaria cuando lo decidí.

Tokio Blues

miércoles, 4 de enero de 2012

La memoria es algo extraño...


...Sin embargo, ahora la primera imagen que se perfila en mi memoria es la de aquel prado. El olor de la hierba, el viento gélido, las crestas de las montañas, el ladrido de un perro. Esto es lo primero que recuerdo. Con tanta nitidez que tengo la impresión de que, si alargara la mano, podría ubicarlos, uno tras otro, con la punta del dedo. Pero este paisaje está desierto. No hay nadie. No está Naoko, ni estoy yo. «¿Adónde hemos ido?», pienso. «¿Cómo ha podido ocurrir una cosa así? Todo lo que parecía tener más valor –ella, mi yo de entonces, nuestro mundo– ¿adónde ha ido a parar?». Lo cierto es que ya no recuerdo el rostro de Naoko.
Conservo un decorado sin personajes. 


Tokio Blues