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Hay libros que suceden en tu vida de una forma tan cruel y tan sútil al mismo tiempo. Letras que te calan los huesos, que te revolotean en el pensamiento, que te inyectan sensaciones. Compre Tokio Blues no para mí, sino como un regalo y ahí empezo la historia. Resulto ser el eslabón de una cadena que ya se arrastraba hace años y, aunque no lo comprendí de inmediato, hoy se que tenía que ser así. A veces devoro historias tan rápido que debo regresar a disfrutarlas, no se cuantos veces he releido fragmentos de esta, solo se que hacía mucho tiempo que algo no me movia de esa manera. Quizá tambien porque la leí no solo desde mis ojos, no lo pude evitar.
Platicaba aquella tarde sobre si los artistas, especificamente los autores, tenían idea de la cantidad de historias que se desatan o se cruzan a través de su obra. A muchos les sucede con la música, yo suelo tener mas romances con los libros. Esa mística que encierra los vínculos, a veces secretos. Sin querer me cruce, pero no me arrepiento. Curiosamente, los libros especiales nunca terminan en mi librero.
Dejo correr la historia que ya traía arrastrando este libro e Inicio una historia nueva con él, sin nombre ni apellido, me pertenece, porque justo por eso la literatura es universal. La próxima vez me lo regalaré a mí.
..."Seguir conectado puntos a pesar de todo, puntos que conectan a este presente que en el futuro será pasado". Si alguna vez logras llegar a la última página, debes compartirmelo.
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