viernes, 14 de octubre de 2011

Al perder a Sumire, muchas cosas murieron en mi interior. De la misma forma que desaparecen muchas cosas de la playa cuando se retira la marea. Lo único que me ha quedado es un mundo deforme y vacío. Un mundo frío y tenebroso. Las cosas que surgieron entre Sumire y yo jamás podrán renacer en ese nuevo mundo. Soy consciente de ello.


En la vida de las personas hay una cosa especial que solo puede tenerse en una época especial. Es como una pequeña llama. Las personas precavidas y con suerta la preservan con todo cuidado, la hacen crecer, la llevan como una antorcha que ilumine sus vidas. Pero, una vez se pierde esa llama no puede volver a recuperarse jamás. Yo no solo he perdido a Sumire. Junto a ella tambien he perdido esa preciada llama.


Haruki Murakami
Sputnik, mi amor 

domingo, 18 de septiembre de 2011

Sobre dioses y pozos


Que sabes tu del corazón de Job, Nada, pero se todo del mío y algo del tuyo respondio Cain. No creo, los dioses son como pozo sin fondo, si te asomas a ellos ni siquiera conseguiras ver tu imagen, Con el tiempo todos los pozos acaban secandose, tu hora tambien ha de llegar. 

Cain
José Saramago 

sábado, 3 de septiembre de 2011

Adios Agosto, adios

En diferentes momentos de este par de días he estado ante una página en blanco esperando que las palabras fluyan para este post del cual solo tenía claro el título. Escribi, borre, no lo conseguí, me he rendido, no hay palabras, solo diré de nuevo. Adios agosto, adios. Quizá seas la última vuelta de la montaña rusa, quizá no.







jueves, 11 de agosto de 2011

En una tarde de esas


Lo digo sin sentirlo, pero lo digo;
escucho esas palabras que viajan como eco sin destino en mi interior,
que se dirigen sonámbulas hacia ti por amor: hasta pronto.
Hoy no dormí, ni mañana lo haré, ni tampoco pasado mañana,
como no lo he hecho ni ayer, ni antier ni antiayer.
Si el fin del dormir es descansar, y para mí el descanso es saber que tu estás bien,
lo procuro intensamente, aunque por ello tenga que decirte, sin sentirlo: hasta pronto.
Pienso en ti, no lo niego. Te quiero, tampoco lo niego.
Como sigo sin negar que digo sin sentirlo: hasta pronto.


No lo dije yo, lo dijo él y en una tarde de estas que mas puedo hacer sino compartir. 

 No cabe duda, soy [re] buena dejando ir. 
¿Cuándo me iré yo?