miércoles, 16 de diciembre de 2009

Recuento 2009 Intermedio

Esto es parte del recuento 2009, pero este post es el recuento de todos los años de ti... es el recuento de ti.

Porque has sido lo único medianamente constante en los últimos casi 3 años, porque has estado en esta metamorfosis, en mi saltar de aquí para allá, de gusto en gusto, de proyecto en proyecto, de tendencia a tendencia, porque has soportado mis crisis y los momentos de cruda. Porque me conoces más de lo que me gustaría y por ser tan predecible.

Porque existes, estuviste y estas y porque sé que algún día no estarás como hoy, pero lo que has hecho en mí y por mí siempre perdurará en mis actos y pensamientos.

Soy afortunada por tener ángeles a mi alrededor, tu eres uno de ellos.

Gracias por el 2007, por el 2008 y por este 2009 que ya se nos fue... Bienvenido al 2010

martes, 15 de diciembre de 2009

Recuento 2009 Parte II. Dejando atrás ese espacio vacío

A nivel personal y sentimental este fue un año de ruleta de emociones. Todavía a finales del año pasado resentía mucho la pérdida de esa persona que no estaba lista para dejar ir aunque sabía de antemano que no era más que un cruce de caminos. Debo confesar que el inicio de este año me trajo una determinación de salir de la ligera depresión en la que estaba. Lo que sea que haya hecho los siguientes meses pero funcionó.

No sé si fue mi mal enfoque o simplemente las ganas bien intencionadas de querer hacer las cosas al revés pero me dedique a vagar por ahí, a responder a las sonrisas de coquetería que antes me parecían poco interesantes, a pretender jugar con fuego sin quemarme, a distraer a la moral, todo eso desde con mi principio más básico de
sensatez y sobre todo sin perder la esencia costumbrista de provinciana. Aún así de repente me descubrí escuchando palabras de quien no quería escuchar, recibiendo gestos que hubiera preferido pasar por alto y sintiendo que muchos de mis actos resultaban fríos y calculados.

No puedo decir que me desconocí, más bien conocí una parte de mí que no sale a la luz a menudo, una parte menos sensible y mucho más egoísta. Al mismo tiempo conocí a otro "tipo" de tipos diferente al acostumbrado y me di cuenta de muchas cosas acerca del comportamiento masculino que nunca había notado, no puedo negar que aprendí lecciones y salí airosa además.
Y entre la diversidad y la distracción se vino la completa aceptación de que quien se había ido ya no iba a volver y que lo mejor para mí era que ya no volviera. Ese sentimiento de aceptación me trajo una sensación agradable que después se convirtió en claridad. Debo decir que nunca estuve sola, siempre la sutil compañía y regaños de quien no me ha dejado rendirme en los últimos años, y por otro lado el dulce sabor de la complicidad de "niñas bien" mal portadas.

A final de cuentas descubrí que hasta para las situaciones fugaces hay que escogerle bien, que hasta la variedad aburre y estresa y que finalmente los huecos no se llenan solo recibiendo.
Hoy mi nivel de emociones y sentimientos lo describe una onda senoidal con muy pocas variaciones de amplitud. Y lo mejor de todo es que sigo creyendo en todo lo que algún día me hizo sufrir, aún conservo mi capacidad de asombro, mi capacidad de creer y mi capacidad de dar y recibir todos esos sentimientos que me convierten en ser humano. Me quedo con los recuerdos, con las sonrisas, con los planes sin fecha y con las preguntas sin respuesta, al final lo único que sé es que tenía que ser así.
Y ya casi al finalizar el año me descubro dejando atrás ese espacio vacío y haciendo uno nuevo...al fin que ya desgaste mis ganas de hacer las cosas al revés.

martes, 8 de diciembre de 2009

El recuento del 2009. (Parte I)

Los días para que termine este año están contados e inevitablemente vienen a mi mente las cosas que he hecho, las que no hice y las que aún estoy a tiempo de hacer. Los fines de año siempre causan en mí sentimientos encontrados, entre nostalgia y expectativa, entre desdén y ansiedad.

Este mes pretendo escribir sobre lo que fue este año. Un año que sentí particularmente rápido, avanzó con pasos agigantados y se me vino encima. Siempre recuerdo los años por los sucesos que los marcan, como el año de aquel viaje, el 2003 el año que entré a la universidad, el 2004 del inicio de aquel gran amor, el 2008, año en que termine mi carrera y compré mi primer automóvil...y así, cada uno tiene uno o varios sucesos de cualquier tipo que lo dejan marcado. Cuento mi vida en sucesos, en etapas, en personas que están a mi lado, en emociones.

Pero este año como que simplemente no lo ubico, el logro tangible que puedo reconocer, es tener en mis manos el título de Ingeniería...no deja de ser importante claro, pero es más bien como requisito en la vida para seguir caminando. Este año por las circunstancias de cambio fue en parte un duro proceso de aprendizaje así que en este post le llamaré así: El año del aprendizaje.

Aprendí a que no todas las personas tienen buenas intenciones, que no basta la palabra para confiar en alguien, que debo de andarme con más cuidado antes de creer que, así como yo, esa persona está siendo sensata. Pero también aprendí que la desconfianza es enemiga de las relaciones.

Me gradué por completo en el arte de “Irme” y "Dejar Ir" cuando algo o alguien simplemente no es para mí o cuando no es lo suficientemente bueno para mi vida.

Aprendí que no me sale bien eso de pretender no involucrarme, porque al final siempre termino haciéndolo, que no me basta el gusto o la atracción, que siempre busco más, lo más mínimo pero que le de valor a mi vida.

Aprendí que los frutos de trabajar duro tardan en llegar o incluso pueden no hacerlo, pero que la satisfacción de hacer las cosas lo mejor posible es de las mejores recompensas.

Aprendí un poco a administrar mi dinero, a no gastar lo que no tengo pero sin dejar de consentirme, a que los mejores momentos y regalos no tienen porque costar tanto. Este año tome la decisión de vivir sola y todo lo que implica, así que aprendí también lo duro pero gratificante que resulta esto.

Aprendí que los amigos llegan con tanta naturalidad pero también pueden irse. Que puedes encontrar cosas valiosas incluso en las personas que nunca se te hubieran ocurrido. Que en ocasiones lo único que te une a las personas puede ser tan frágil, que muchas veces los amigos lo son en nombre a los recuerdos.

Aprendí que es duro el proceso de madurar y crecer, que si te desvías un poco del proyecto original de repente te encuentras en una situación en la que no deseas estar. Que basta una mala decisión para darle un rumbo diferente. Que para atrás ni para tomar impulso.

Aprendí que la intempestividad no siempre sale bien. Que no todas las personas están listas para mí. Que tocar la puerta y esperar a que te abran puede ser una opción, incluso podría no tocar, sino esperar a que me inviten pasar.

Después de todo no le viene tan mal la etiqueta de "El año del aprendizaje", pero aún no termino de recapitular.

Interesante y a veces fastidioso ese interminable proceso de aprender.

miércoles, 18 de noviembre de 2009

En un momento de cruda emocional

Muchas cosas han consumido mis pensamientos estos días. A veces soy un carrusel emocional pero que no deja de lado la razón. Creo que ese es mi principal problema, que no puedo ser ni 100% emocional ni 100% racional, o al menos inclinarme hacía alguno de los dos, si fuera así al menos seria más predecible o mas ruda o mas cínica, quizá más congruente.


Un acto que realizo con carga emocional lo evalúo con la razón y entonces me encuentro estúpida y fuera de lugar. Lo que realizo racionalmente lo reviso con el corazón en la mano y entonces me encuentro de lo más fría y calculadora. Me considero una mujer de punto medio y hoy ese maldito punto medio me tiene hasta la madre.


Quisiera ser más egoísta de lo que soy, así por lo menos viviría en una burbuja creada por mí. O un poquito más orgullosa para creer que solo yo tengo la razón y no dársela a nadie más. Quizá serviría ser tantito menos flexible o un poco mas sútil. Un poco más sensible para llorar y luego no avergonzarme ni hacerme la fuerte. Y podría servir ser menos amable con quien no lo meree. Hablar más y escuchar menos, moverle al nivel de conciencia y subirle al nivel de tolerancia. Más valiente y menos impulsiva, menos transparente. Requiero un poco de más prudencia, fidelidad y compromiso, me vendría una rayita menos de soberbia espontánea y de irascibilidad. Mas, menos, el signo que sea pero que se incline la balanza.


No que el egoísmo, el orgullo, la flexibilidad, la sutileza, sensibilidad, conciencia y todas esas virtudes y defectos están en un maldito punto medio que hoy no me deja ni regresar ni seguir adelante, que me permite tener tantas opciones que me agobian, que no me deja definir una postura tan simple, aunque sea equivocada. Y a veces me descubro paseando de un lado a otro sin ninguna premeditación.


He dicho.

martes, 3 de noviembre de 2009

Sobre cierta rudeza del alma ...

Hace unos días en una charla de esas reveladoras pero necesarias, me dijeron algo que ni en mis mejores días de chica mala he pensado: Que soy una Mujer Ruda. No logro recordar los argumentos que me dieron, o la definición exacta para ser considerada de tal tipo, solo recuerdo algo así como: -Es que eres muy desprendida, andas en la vida así como si nada. Realmente me sorprendió mucho y me dejo pensando un poco en las consecuencias del camino andado, también recordé que no era la primera vez que me lo decían en este último año. No me considero una mujer ruda...en el fondo creo ser la mas nena de las nenas...aunque ese mismo día me dijeron que no existe eso de "en el fondo", -es lo que es, lo que se ve, y ya. Y es cierto, remataron diciéndome: -Eres transparente ¿que no?

He aquí mi versión sobre la rudeza del alma:

No soy masoquista ni partidaria del sufrimiento…así que huyo de las situaciones que la generan, alguna vez ya me enfrente con cierto tipo de dolor de frente, no le doy la vuelta, pero no suelo quedarme esperando a que alguien me haga sufrir demasiado.

No soy necia…soy persistente y eternamente luchadora pero no necia, eso significa que se reconocer una causa pérdida, quizá me tome mi tiempo para ello pero se reconocerla y salir airosa a tiempo o lo más posible a tiempo.

Odio el drama, así que en cuanto reconozco algo de drama en mis actos trato de resetear mis pensamientos. Soy cero rencorosa, no olvido pero perdono fácil, soy de la idea que el resentimiento mal llevado es a la larga altamente contraproducente.

Tengo un maldito y ya reducido egoísmo mezclado con cierto ego (no estoy orgullosa de eso) producto de mi fecha de nacimiento y que sale a relucir en los momentos más oportunos.

Y sí, si lo anterior resume lo que es una Chica Ruda entonces si lo soy... pero sinceramente no quiero serlo, o no quiero parecerlo, al final todo es parte del show, después de una lucha intensa, me bajo del ring, me quito la máscara y la rudeza desaparece, puedo bajar herida, puedo bajar triunfante, eso no importa, sea lo que suceda me vuelvo a subir al ring al día siguiente, quizá mas débil, quizá mas ruda.

Y si a eso no resume la rudeza por favor vuélvemelo a explicar, con esas palabras que me envuelven y que nublan mis propios pensamientos.