sábado, 27 de septiembre de 2014

De lo que (te) hablo cuando hablo de correr


Correr un maratón es de las cosas mas retadoras que he hecho los últimos años. Correr 42 kilómetros no me cambio la vida ni me hizo de la noche a la mañana una mejor persona, pero si le dio un toque a mis días y me hizo diferente, no mejor ni peor, solo diferente. Es como hacerle una actualización a tu chip interno de la que ya no hay vuelta atrás, con bugs incluidos. 

Hoy hablar de correr tiene muchos matices, tantos que ya son confusos o mas bien ya están muy mezclados entre si. A mi correr no me llego de golpe, mas bien me arrastro muy lentamente de la mano durante los últimos cinco años, dejándome saborear cada logro pequeñito, dándome chance de sorprenderme de mi misma en pequeñas dosis. Los últimos meses sobre todo, los matices fueron de muchos colores, de pocos kilómetros sin importar el reloj pero de muchas personas, de sonrisas nuevas, de logros compartidos, de nudos en la garganta pero muy distintos. Hoy tengo una versión muy personal de lo que son las piernas, el corazón y la cabeza en total sintonía, resultado de todos esos hilos que se vuelven madeja cuando intento explicar mi historia con los tenis.  

Para mi correr no es un fin, es un medio. No corro porque me sea altamente divertido o estimulante el paso tras otro, sudar de a madres, sentir dolor en los músculos, despertarme temprano o esquivar baches. Corro porque entre todo eso me reconozco, aunque sea por unos instantes, como mi propia heroína.   

Escribo esto porque soy una romántica del maratón y eso que apenas lo conozco poquito, porque no pude escribir sobre la segunda vez que cruce esa meta y todavía debo tener atorada la historia y porque estos días alguien me compartió que ya tenia fecha para sus primeros 42. La verdad es que no tengo muy claro que quiero decir pero sé que me quema algo dentro de solo pensar en las cuentas regresivas, los plátanos diarios, las desmañanadas y las distancias largas. A mi el maratón me ha tratado bien bonito (tanto que se que voy a correr hartos mas) pero al final es algo tan personal que de una sola meta se cuentan miles de historias diferentes. Tu tendrás la tuya. 

Creo que el maratón es un compromiso contigo mismo, es un contrato a mediano plazo, un plazo con vigencia. Es una cosa muy seria, no creo que nadie elija por gusto sufrir por horas, así que al maratón, como muchas cosas en la vida, si no lo respetas como se debe te cobra facturas, pero si al contrario, le hablas bonito, entonces justo cuando empiezas a odiarlo te regresa la cara con una sonrisa. 

De los momentos de gloria no voy a hablar, lo que te diré es que va a ver días en que no quieras correr, en que gane la lluvia, las cervezas, la pizza, los amigos o simplemente la desidia. Pero ponte los tenis casi aún a pesar de todo, sobre todo cuando menos tengas ganas. Mi parte favorita de este viaje premaratonista es justo ese, cuando descubro el balance entre la lluvia, las cervezas, el cine, una cama caliente, los amigos, y todo eso libra batallas contra los tenis, la pista, las series, los plátanos y el gatorade. ¿Sabes quien es el único que gana de estas batallas? Tu mismo. Porque carajo, resulta que uno si puede tenerlo todo. 

La verdad es que no hay ninguna razón sensata en el mundo para correr un maratón, pero si quieres hacerlo, hazlo en serio. Todo se trata de eso, si tuviera que formular una regla para hacer un maratón seria esa: al maratón hay que querer correrlo, quererlo en serio y hacer todo para que suceda, para que suceda bien. (Y si en el camino te das cuenta que no lo quieres tanto, también se vale).
Deseo que esas razones sean las perfectas, las que te lleven no solo a cruzar esa meta del estadio olímpico (que por cierto son los 200 metros de meta mas chingones que he visto), sino a disfrutar el camino, que aún se ve largo, pero a toda hoja del calendario le llega su día. Ya me contaras tu historia, una menos romántica, ya sé, pero tuya. 

Solo es cuestión de seguir la linea azul. 
-"que padre de verdad, creo que es una experiencia única, que me gustaría vivir algún día, me causa mucha curiosidad y ganas de hacerlo.Sera una de las cosas que pondré en mi Bucketlist sin duda" 
(Y releer lo que yo conteste a eso es lo que me dejo muda, antes y después de este post.)

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