miércoles, 2 de abril de 2014

Cada uno en su orilla


Para variar Benedetti, el hablaba de Dios y yo hablo de ti.
…Ahora las relaciones entre Dios y yo se han enfriado. Él sabe que no soy capaz de convencerlo. Yo sé que él es una lejana soledad, a la que no tuve ni tendré nunca acceso. Así estamos, cada uno en su orilla, sin odiarnos, sin amarnos, ajenos.
Mario Benedetti, La tregua

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