domingo, 10 de junio de 2012

En esos días del cincuenta y tantos empece a sentirme como acorralado entre la Maga y una noción diferente de lo que hubiera tenido que ocurrir. Era idiota sublevarse contra el mundo Maga y el mundo Rocamadour, cuando todo me decía que apena recobrara la independencia dejaría de sentirme libre.

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