miércoles, 24 de marzo de 2010

Kilómetros por delante

La primera vez que corrí tenía un corazón roto que reparar, un hueco en el estomago y en la mente que había que llenar, tenía preguntas sin respuesta y frustración contenida. Antes de eso odiaba correr, resultado de esos entrenamientos que alguna vez fueron mi vida pero que tuve que dejar, (lo que representa una especie de trauma). No recuerdo de donde salió la idea, pero venciendo la flojera sabatina me puse mis viejos tenis y lo hice.

Encontré cierta mística en eso de correr porque implicaba un poco de disciplina en mi fin de semana, requería esfuerzo de mi parte y simplemente implicaba hacer algo diferente. También encontré una enorme satisfacción en apretarme las agujetas de los tenis, caminar unos cientos de metros mientras escuchaba música nostálgica y rítmica y después sentía como mi pies me obligaban a ir más rápido, descubrí cierto gusto en el cansancio y en el rodar del sudor por mi cara. Con los días se convirtió en la mejor de mis terapias, mientras corro puedo pensar claramente, puedo confesarme ante mi misma y me siento poderosa.

Más no lo había tomado tan en serio como el día de hoy, solía pensar que las carreras no eran para gente como yo que apenas había empezado a correr hacia poco tiempo. No tenía noción de lo que se podía lograr con más esfuerzo y un poco de disciplina, con más ganas. Y entonces lo conocí...suficiente con decir que cambio mi visión en el tema.

Hace días hice la mitad de uno de mis Just do It del 2010. Mis primeros 5 km en una carrera representaron para mí muchas cosas. Solo son 5, lo sé, no es nada para muchos, pero para mí son el inicio de nuevas metas en mi vida. Representa que puedo, que tengo, que quiero, que soy. Representa que definitivamente deje atrás lo que fui por ser cómplice de otras metas y hoy soy cómplice de las propias.

Hoy solo sé que tengo muchos kilómetros por delante.

Agradecimientos:
A mi primer y fugaz compañero de pisadas quien compartió la locura que representaba en ese entonces sudar por las mañanas, un día desistió de acompañarme, pero le agradezco la charla en esas caminatas.
A mis tenis que son la neta.
A mi mamá que se alegra porque corro y a mis hermanos porque piensan que estoy loca.
A ti, gracias por el empujón, por los ánimos, por ser, por confiar. Que mejor motivación que alguien con quien compartirlo.

No hay comentarios: