Estábamos Adela, la francesa cuasimexicana y la pareja regia de recién casados (todos desconocidos haciendo tiempo mientras nuestro vuelo cancelado se animaba a dejar Paris) y la conversación se dirigía en torno a ellos, en lo complicado que es tener hijos cuando no quieres dejar de trabajar. Adela (aún sacando a cuentagotas la frustración que debe dejarte la muerte de la persona con la que viviste una vida) le decía a la recién casada algo mas o menos así:
-No dejes que nunca te digan que no trabajas, porque ser ama de casa es un trabajo de tiempo completo. No ganas dinero pero trabajas hasta mas que ellos. Yo lamento mucho no haberle contestado a mi marido cuando me decía que yo no hacía nada porque yo tenia dos muchachas ayudándome, debí haberle dicho: "¿y las dos secretarias que tu tienes?", "¿y tu contador?". Nunca se lo dije y me arrepiento.
Mas bla, bla bla.
-...Y si quieres seguir trabajando el problema es quien cuida a los niños. -dijo él -y eso de las guarderías o andarlos dejando con la mamá...
-O peor debe ser cuando ni siquiera eso, cuando no tienes a tu familia en la misma ciudad, que sería mi caso, no hay mas opciones que las guarderías -dije yo, queriendo meter mi cuchara en un tema que me es de lo más lejano.
-¿Y la familia de él tampoco? -me pregunto alguno de ellos.
-No lo sé -contesté- Creo que todavía no lo conozco.
Yo sonreí por dentro por la sorpresa que me causo mi respuesta. Y estoy segura que Adela también entendió un poco.